lunes, 25 de julio de 2011

Sexo en el hotel

(Ensayo novelesco)

Está Mingo (DSK) en el hotel.Por razones de privacidad aquí sólo pondremos sus iniciales para que no se pueda relacionar con eventuales personajes reales.

A partir de aquí todo son especulaciones... cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, y sigue así:

A su avanzada edad sale relajado de la ducha, a punto ya de marcharse, consciente de haber realizado el trabajo que venía a hacer de forma satisfactoria. Su esposa seguramente ya le espera en el lobby para, junto con su hija todavía ir un momento a tomar un refrigerio antes de emprender el largo viaje.

De manera absolutamente insólita se encuentra, desnudo, repentinamente, cara a cara con una señora de la limpieza en su suite. Seguramente no la llamó. Seguramente ella no sabía que la habitación aún estaba ocupada en horas de la mañana antes del "check out", seguramente no había ningún letrero de "no molestar", seguramente ella tocó, como corresponde, primero la puerta para cerciorarse que no iba a interrumpir a nadie, seguramente cuando se vieron, ella inmediatamente tuvo la intención de girarse hacia la puerta, disculparse y salir por piernas. Seguramente no conocía las dependencias del hotel y por eso se refugió en el baño en vez de encontrar la salida. Seguramente no gritó, para que no se despertara nadie en las habitaciones contiguas o acaso alguien más del personal del hotel.

Contra toda lógica, no pasó nada de eso. El enclenque anciano, él sólo, cachondo, desarmado, potente, intimidante, se abalanzó sobre ella, y ella, obediente, eso sí, en contra de su voluntad, le practicó sexo oral, no le rasguño, no le dió puñetazos con las manos libres, no le mordió con entusiasmo o siquiera apretó los dientes, pues todo ello habría impedido el proverbial orgasmo del interfecto, que por cierto se quedó relajado y aquí no pasó nada.

Ahora queda por analizar si ademas del semen encontrado en la alfombra tambien hay saliva de la maltratada camarera en el mismo sitio.

El hotel podrá exigir que paguen a medias los desperfectos en la alfombra.

Bancos

La actual orientación de los bancos, como se aprecia en la patética imagen de la izquierda, demuestra su inutilidad e incapacidad de proporcionar una panorámica relajante y confiable a sus usuarios.

Basta un poco de limpieza de las capas superiores y un giro de 180 grados, para conseguir el objetivo para el que han sido creados, sin necesidad de más inyecciones de capital y consiguiendo el agradecimiento del público, en un entorno de paz y tranquilidad, para sentarse y soñar en inversiones seguras, créditos razonables y llevaderos con la vista puesta en un horizonte amplio y diáfano.

La foto inferior demuestra que - Es posible - !.