miércoles, 29 de enero de 2020

Con lágrimas en los ojos



Hoy 29 de enero de 2020 vuelve a ser una vez más, un día triste para Cataluña.

Sí, no es triste sólo para los "indepes", es triste para toda la región, pues la maquinaria judicial, en ésta ocasión de penúltima fila,  a través de la Junta Electoral Central, dinamitó, como ya ha ocurrido varias veces recientemente, el máximo órgano de Gobierno de Cataluña, el Parlamento.

El motivo ha sido la destitución fulminante como diputado y por el Art. 21 - sacado de la manga -, como presidente al MHP Torra, debido a que tardó 48 larguísimas horas en obedecer el aviso de la JEC para retirar una pancarta que no les gustó.

El próximo presidente del parlamento que no le agrade al sistema judicial español (el gobierno creo que aqui ya no pinta demasiado - sobre todo si no es de la extrema derecha -) podrá ser destituido ante la denuncia de alguno de los mensajeros del Glovo por no dar la propina de rigor al entregar la pizza.

El caso es que las consecuencias las sufrimos todos, me gustaría creer que afecta incluso al resto de ciudadanos de España. Toda reorganización política tiene un coste y aquí la confrontación y por ende la confusión consiguiente tiene visos, no solo de ir para largo sino ademas de profundo calado.

La disgregación de los partidos políticos catalanes, la frustración de una parte importante de la sociedad, la dificultad que tendrá el gobierno central para gobernar con una Cataluña, ahora sí, con una indignación al límite, no nos llevará más rápido a la independencia pero tampoco favorecerá en nada al gobierno de España.

Mientras el país, sobre todo el sistema judicial, esté en manos de la extrema derecha, poco podemos hacer, tomando en cuenta que la UE tampoco parece entender o estar dispuesta a mover ficha.

Sólo nos queda armarnos de paciencia, disimular, usar el "seny" - tener la ilusión que en alguna ocasión los partidos políticos entiendan lo que quiere el pueblo y se pongan mínimamente de acuerdo - y hayamos conseguido "ampliar la base" - que todos los unionistas entiendan realmente de que lo que pasa en Cataluña - ya en general -, también va con ellos.

Adios Torra, adiós.  Bienvenido el que venga, hagan fila... el cadalso os espera.

Salut i República.




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