jueves, 14 de febrero de 2019

Xochicalco - Juicio a Cataluña




Xochicalco y el juicio a Cataluña.

Ayer visité la zona arqueológica de Xochicalco (lugar de flores en nahuatl) cerca de Cuernavaca en México.

Me documenté lo que pude en el museo del lugar y en las propias ruinas y vestigios prodigiosos de ésta avanzada civilización pre-hispánica que floreció aquí entre el 650-900 DC.

Porqué desapareció éste pueblo avanzado y con profundos conocimientos de astronomía como se deduce de su observatorio astronómico?, una alfarería exquisita y elaborada, pirámides con elaboradísimos bajo-relieves, una rampa adoquinada con piedras representando relieves de todo género de animales y todo el lugar acondicionado en diferentes terraplenes "terraforming" como si hubieran pasado con maquinaria pesada dejando grandes espacios planos y abiertos para solaz de sus moradores?.

Según todos los indicios la culpa de la ruina del lugar fueron sus gobernantes, la casta dominante, sacerdotes y militares que sometían a sus súbditos a trabajar para ellos a cambio únicamente de la protección de los dioses, (un poco como el expolio de Cataluña por el gobierno de España)

La pirámide principal está dedicada al dios Tlaloc, dios de la lluvia y del agua.

Este dios, precisamente le falló a los altos mandatarios que permanentemente ofrecían sacrificios e invocaban a Tlaloc, sin éxito, ya que una larga sequía en la región (algo así como la última crisis económica), provocó el desasosiego del pueblo llano, las hambrunas y la desesperación.

La explotación del pueblo, el desprecio de los gobernantes a sus súbditos, la ausencia de comprensión hacia la desesperación de los ciudadanos, hicieron que el pueblo llano, harto, finalmente invocara a Huitzilopochtli, dios de la guerra para acabar violentamente con sus opresores. 

Ojalá se hubieran encomendado a Quetzalcoatl, profusamente ilustrado en la pirámide de la serpiente emplumada, dios de la Vida y de la Sabiduría (tal y como viene actuando el pueblo de Cataluña, buscando diálogo, buscando razonamiento y solución a sus reivindicaciones), sin embargo el pueblo de Xochicalco desapareció en la noche de los tiempos, sus opresores aniquilados, sus grandes logros, olvidados y su pueblo, disperso, absorbido por otras culturas y olvidado. 


1100 años mas tarde, nuestra civilización occidental debe aprender a resolver sus diferencias a través del diálogo, la negociación, el sentido común, desterrando la demagogia, el verbo fácil, el engaño. Sólo así y no desenterrando el hacha de la guerra de Huitzilopochtli podemos evitar nuestra propia aniquilación.

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