Desde nuestro nacimiento, todas nuestras experiencias y emociones se acumulan a través de nuestra existencia y nos confieren aquella riqueza individual que marca de forma definitiva nuestro ser.
Los bienes materiales, los objetivos inalcanzables, las metas por conseguir, no son más que guías en nuestro camino, los cuales, no obstante están desde un principio delimitados por nuestro destino.
Unicamente importa llenar nuestra vida,sea mas larga o mas corta, con la convicción de haber tenido un sentido, de atesorar cada momento grato y de placer, de superar escollos y descartar los complejos e ignorar las dificultades, dejandolos por el camino como meros desafíos superados.
Vivir es una aventura personal y sólo de nosotros depende darle un sentido, aunque sea únicamente para uno mismo.
El que se ha ido, simplemente ya no está. Los que sí estamos, debemos seguir en la brecha sabiendo que tambien en algún momento, siempre inoportuno, se interrumpirá la fascinante película de nuestra propia vida.
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