miércoles, 18 de marzo de 2020

Coronavirus


Hace más de 2 semanas nadie habla de los "indepes", de los presos políticos, de las múltiples "desobendiencias"  de nuestros ediles, nisiquiera de los avances en la comedia judicial contra el mayor de nuestra policía autonómica, o las fianzas millonarias impuestas a algunos de los políticos pro-independentistas de segunda fila.

El gobierno español y los partidos afines a la indisoluble unidad, a la corona, a la inamovible constitución, a la disciplina y al aquí mando yó y punto han encontrado la solución final, inspirados en los campos de exterminio de la segunda guerra mundial.

Quizas no tan casualmente - aunque sea tema de otro debate -, nos encontramos con la famosa pandemia - o sea epidemia a escala mundial, que amenaza toda la civilización moderna del infame Coronavirus y el mismo se ha convertido en una herramienta magnífica para imponer la hegemonía del gobierno central español sobre las autonomías en especial sobre Cataluña.

La recentralización de todo el poder en el gobierno central conlleva:

con los poderes auto-otorgados a la administración central, impedir el suministro de todo tipo de material imprescindible para contener la pandemia en Cataluña, mismo material que será espléndidamente redistribuido en la capital española, donde por cierto hay la mayor incidencia de la enfermedad. Por otro lado los ciudadanos de madrid pueden circular sin impedimento alguno por Cataluña, infectando a todo el mundo a discreción, a pesar de las múltiples demandas del gobierno catalán de aislarse precisamente impidiendo que se mantengan abiertas las puertas de infección, sin obtener respuesta alguna.

Da la sensación que la estrategia del gobierno español consiste en aniquilar totalmente y por todos los medios ahora a su alcance a la población catalana (tanto unionista como independentista), eso sí, sin perder los ingresos por tributos, multas, fianzas, etc. que forman parte del expolio permanente de éste rincón de la península.

Tendrán los gobernantes de España inteligencia suficiente para darse cuenta de que si aniquilan al pueblo catalán, o tan sólo su tejido social y económico, no tendrán de quien sacar el dinero para seguir su nefasta estrategia de extraperlo, compadrismo y excesos de todo tipo, aparte de hundir al resto del país que quedará ahogado totalmente en la deuda, e incapacidad de sostener el sistema de seguridad social, educación, etc. para el resto de 40 millones de españoles.

Apaga y vámonos...

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