jueves, 10 de mayo de 2018

Los números SI cuadran !




Ayer mi peluquera me dijo que no podía participar en nuestros anhelos de independencia de España pues tenía MIEDO, sí, miedo no solo a las represalias del Estado, sino a perder el empleo, o no poder dar de comer a sus hijos, enfrentarse con la miseria o incluso vivir una nueva guerra, en cuyo caso se iría a vivir de nuevo a Jaén.

Mi empatía está con los asalariados, familias con hijos pequeños, hipotecados y otros esclavos de la vorágine imperialista insaciable que no pueden luchar por unos ideales justos que los pueda sacar de la trampa de los oligarcas represores y que se tienen que conformar con las migajas que les echen si se portan bien.

Sin embargo, éste grupo social en Cataluña, sometido totalmente a los avatares del Gobierno de España, el mismo, sometido totalmente al IBEX-35, al sistema bancario y los grandes lobbies económicos, sólo cuenta con 2,663 millones de individuos, de un censo de electores de 5,553,983.

Hay 1,694.430 jubilados, razonablemente preocupados por el futuro de sus pensiones por la previsible y anunciada fallida económica del gobierno español.

Hay 459,000 parados, no excesivamente contentos con la perspectiva de contratos basura y sueldos de miseria,

Hay 207,000 estudiantes universitarios, que se las ven y se las desean para cubrir el pago de las tasas y cuotas, la falta de presupuestos para I+D, etc.

Hay 303,887 empleados públicos que no deben estar excesivamente motivados por la injerencia de los nuevos amos del imperio.

 Finalmente hay 506,488 autónomos, que tampoco disfrutan con que sus impuestos, en lugar de fomentar las infraestructuras urgentemente necesarias para su desarrollo, se despilfarran en autopistas fallidas, aeropuertos inútiles y chanchullos varios que benefician a algún político de turno.

Todos  éstos otros grupos, harto desmotivados, suman 3,169 Millones de individuos, superando por tanto a aquellos que aun estando totalmente indignados con su actual situación se encuentran atados de pies y manos.

En conclusión: La desobediencia civil y  la resistencia pasiva, como arma contra el actual atropello por parte del Estado es perfectamente realizable, por existir una mayoría  amplia de ciudadanos motivados y sin nada o poco que perder.

Los que navegan a contra-corriente y buscan el Statu-quo, que ya están bien como están ahora y sólo temen el fantasma de las amenazas que les llegan de la Meseta, sepan, que ya nada será igual, todo está en movimiento, todo lo peor que pueda ocurrir, sólo pasará si  no combatimos enérgicamente a quienes nos impiden nuestra libertad y nuestro desarrollo.

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