sábado, 25 de noviembre de 2017

Salida de emergencia



Aqui algunas consideraciones por el maltrato de la aerolínea Vueling a una pasajera por negarse a hablar en castellano en un vuelo desde BCN-MAH, con la consecuencia de haber sido, no sólo echada fuera del avión, sino que además sin poder volver a utilizar dicha aerolínea para viajar y sin devolución del precio del billete.

A favor de la pasajera:

1) Nadie está obligado a hablar o entender el castellano (hay 6,700,000,000) que no lo entienden. Incluso existen, aunque no lo parezca, catalanoparlantes que NO hablan castellano. (inmigrantes extranjeros en Cataluña, hijos de emigrantes catalanes, etc.

2) Si la Señora, en el asiento de emergencia fuera de Borneo, tampoco iba a replicar a la azafata en castellano. Su idioma nativo, tanto en Mahón como en Barcelona es el catalán y se entiende perfectamente que no tenía por que contestar nada en castellano. Al fin y al cabo el idioma que se habla por éstos lares, hoy por hoy, es el catalán.

3) Me perdonarán los responsables de la política de empresa de Vueling, que no tengan, al menos, una persona que hable y entienda el idioma del lugar desde donde vuelan. Como harían si volaran desde/hacia Tokyo, no habiendo nadie que entienda/hable el japonés ?.

4) Aquí hay mucha mala baba. El requerimiento de colocar el equipaje de mano en el compartimiento superior estando en una salida de emergencia, es de recibo y obligado cumplimiento. Esto se puede hacer entender incluso por señas, sin que corra la sangre, ni mal rollo, ni otras consideraciones catalanófobas. Es lamentable que la tripulación de ésta línea aérea no estuviera preparada para resolver un asunto tan sencillo, sin llegar a mayores y sin acudir a la intervención del comandante.

A favor de la línea aérea:

Si la pasajera en cuestión estaba situada en un asiento en la salida de emergencia, es de rigor leer y comprender las instrucciones impresas para la utilización de éstos asientos, y que incluye entender las instrucciones dadas por la tripulación en un caso de emergencia sobrevenida. Y esto se refiere al idioma de la nacionalidad de la línea aérea y al idioma inglés.

En caso de una emergencia, la discusión bizantina de ésta pasajera con la intransigente azafata de la tripulación podría causar una catástrofe inimaginable.

Espero que la pasajera agraviada en éste asunto, tenga dominio del idioma inglés y o castellano, para justificar que estaba en condiciones de ocupar un asiento en la salida de emergencia, pues caso contrario no debería ocupar, por razones de seguridad, un asiento en esa fila - siguiendo efectivamente el protocolo internacional en aviación-.

Las futuras aerolíneas catalanas tendrán por ende el idioma catalán y el ingles como idiomas de comunicación de la tripulación a los pasajeros. Los castellanoparlantes que no hablen también el ingles, que se chinchen pues no se podrán sentar en los asientos de emergencia.






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