domingo, 23 de agosto de 2009

Sueño de verano

La vida en el campo, idílica, el trino de los pajaros, el viento que acaricia los árboles. Si, en Sant Fost de Campsentelles estamos cerca del Paraiso. A enorme distancia de la cercana Barcelona, pues no hay ningún transporte público que interrumpa la soledad y tranquilidad de vivir en la montaña.

Cierro los ojos, y algo mareado por el tufillo, quizas tóxico y un poco picante del cercano complejo químico en el pueblo, me duermo y sueño.

Repentínamente mi sueño se convierte en pesadilla. Ha estallado la guerra..., detonaciones y ráfagas de disparos de rifles y escopetas, algún aullido, no sé si de algún herido o de un perro asustado, ladridos persistentes por doquier, ahora un tanque, o es un convoy de camiones del ejército invasor ?...

despierto bañado en sudor, asustado, cuando veo con alivio mi reloj que marca las 07:45 AM del domingo y pienso que todo sólo era una pesadilla, sin embargo los estruendos siguen.

Los disparos de los cazadores se hacen más tupidos, no me atrevo a salir a la terraza, me vayan a confundir con un jabalí, pues están aquí al lado, (no los cerdos... los cazadores), y el gracioso del quad sin tubo de escape disfruta lo suyo rompiendo todas las barreras aceptables de decibelios.

Es ahora que me planteo retornar al plácido bullicio de la ciudad, que ha quedado vacía y en el más total de los silencios, no se escuchan las aves, pero tampoco a los cazadores y los revoltosos de motos y quads sin escape, estan todos, donde si nó, aquí, en el campo.

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